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sábado, 12 de febrero de 2011

Las Vitaminas - Esenciales para las defensas en Invierno


Está por llegar el invierno y empezamos a temblar, no sólo de frío sino también porque una vez más nos asalta la misma pregunta, sin respuesta: ¿Cuántas gripes, resfríos; bronquitis, estornudos y demás variedades de regalos estacionales invadirán la salud y la tranquilidad de nuestra familia? Si ese es su caso, deje de preocuparse y ocúpese ya mismo para que este año la historia no vuelva a repetirse.

Como ya sabemos, los virus y bacterias pueden aterrizar en cualquier parte pero sólo consiguen vivir, reproducirse y luego atacar, allí donde encuentran el campo propicio para hacerlo, es decir en un orga-nismo debilitado. Si en cambio llegan a un campo minado, como lo es un cuerpo protegido desde todos sus frentes, les será imposible sobrevivir.

Además, la experiencia ya nos demostró que para defenderse de los gérmenes ambientales es inútil pasarse el invierno enfundados en abrigadísimos sobretodos o envueltos en kilométricas bufandas que impiden moverse con comodidad. Lo que se necesita, en realidad, es disponer de un buen arsenal de defensas inmunitarias.

Y su organismo sabe muy bien cómo fabricarlas. Lo que le proponemos en esta nota es que trate de ayudarlo a reforzar sus armas naturales, del modo más eficaz, simple y agradable. Para estar en forma todo el invierno, estimular sus defensas inmunitarias y escaparle a las infecciones, siempre al acecho, siga desde ahora nuestro plan de acción.

No podría haber una estimulación inmunitaria eficaz sin vitaminas Al respecto, la vitamina C goza de una reputación indiscutible porque posee la doble propiedad de ser a la vez antinfecciosa y tonificante.

Entre los vegetales frescos, el repollo y las frutas, y en particular, obviamente, los cítricos, son muy ricos en esta sustancia. Su eficacia es aún mayor porque en la naturaleza se la encuentra asociada al factor vitamínico P, lo que no sucede en las vitaminas C sintetizadas en laboratorio.

En realidad, a pesar de todas sus virtudes, en caso de infección, la vitamina C sólo interviene para favorecer la migración de las células macrófagas y no sobre la producción de los anticuerpos. No sucede lo mismo con otras vitaminas que ejercen una acción directa sobre la producción de armas inmunitarias, y por lo tanto, ante la ausencia de aquéllas, estas últimas ya no pueden atacar masivamente. Entre esas vitaminas, hay que citar ante todo a la B6 o piridoxina, B5 o ácido pantoténico y B9 o ácido fólico.

Es así que en los sujetos sometidos a una carencia voluntaria de piridoxina, aún de corta duración, se constata una producción reducida de anticuerpos después de vacunarse. Paralelamente si lo que le falta es la vitamina B5 recuerde que la levadura de cerveza y la yema de huevo están muy cargadas con estas dos vitaminas. La vitamina B12, bien conocida como factor antianémico, interviene igualmente, pero en menor grado, en la elaboración de los anticuerpos.

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